martes, 28 de agosto de 2012

"El Único" que no tiene culpa

Desde que José Mourinho llegó al R.Madrid ha mostrado siempre una actitud chulesca y provocativa con periodistas, árbitros, jugadores propios y rivales y compañeros de profesión. Una actitud que mantenía en todos los clubes a los que ha dirigido. El único problema es que este club no es, ni mucho menos, Oporto, Chelsea o Inter. Se trata del Real Madrid Club de Fútbol.
Y es que hablamos del club más laureado del fútbol durante el siglo XX. Un club que siempre ha pregonado su señorío por todos los campos de Europa. Un club que se ve capaz de despedir a su entrenador después de ganar una Liga y una Champions porque su estilo de juego no es el adecuado. Con una afición tan exigente que puede llegar a pitar a sus jugadores después de haber goleado al rival.
Pues bien, parece que de todo esto ya no se acuerda nadie en el Bernabéu. Ahora todo vale.
El entrenador que se hace llamar "El Único" es capaz de faltar al respeto y poner en entredicho a su capitán delante de toda la prensa por tener buena relación con los jugadores del eterno rival. Es capaz de faltar al respeto a otro entrenador por alinear a jugadores que él no cree adecuados. Pero en su trabajo nunca se equivoca.
Hemos podido ver cómo el equipo salía goleado del Camp Nou, cómo perdía eliminatorias de Champions y Copa y cómo se dejaba puntos en campos donde se pierden las Ligas, pero nunca parece tener la culpa en las derrotas. Nunca poner tres jugadores defensivos en el centro del campo cuando te juegas un campeonato contra tu máximo rival es un error. Ahora se llama "triángulo de presión alta". ¡Y yo que creía que eso se llamaba trivote!
Si un entrenador cualquiera de la historia del R.Madrid (pongamos Del Bosque) sale a jugar contra el Barça con Lass, Pepe y Khedira en el centro del campo, lo cuelgan de la puerta 0 del Bernabéu.
El entrenador que se hace llamar "El Único" es capaz de salir a la rueda de prensa posterior a un partido con una lista de 13 errores cometidos por el árbitro del encuentro. Y es que al acabar cualquier partido en el que el resultado no le ha sido favorable, las primeras palabras siempre van dirigidas hacia el juez de turno. Y si no hay errores arbitrales, ya se encarga él de señalar con el dedo a cualquier jugador de su equipo.
Me gustaría ver el día en que salga este entrenador a una rueda de prensa con una lista de errores propios, o incluso, errores del árbitro a su favor.
El mayor problema que tiene este entrenador es que toda la afición blanca está locamente a su favor, y esto, tarde o temprano, le estallará en la cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario