martes, 18 de octubre de 2016

Otra vez Pep

Dos temporadas después de su última visita al Camp Nou y cinco desde su adiós al club de sus amores, Guardiola volverá a pisar el césped que le vio hacerse eterno.

Podríamos pensar por lo visto en su vitrina particular, que después de marcharse de Barcelona, el catalán apenas ha progresado como gestor de un grande. No consiguió la hegemonía europea del Bayern y su estilo no caló del todo en la cultura bávara. Pero analizando profundamente cada año, sacamos aspectos que nos van dejando claro que no sólo triunfó en el Barça y que lo hará en cada banquillo que dirija.

Un año sabático en Nueva York, viendo, hablando y viviendo fútbol con gente influyente y tres en Múnich donde, a pesar de no levantar la "orejona", dio aire nuevo a un equipo conocido por su eficacia, su fuerza y su velocidad, pero falto de ideas frescas, y que asentó en su supremacía germana por encima de un BVB que amenazaba el trono tras sus últimos batacazos. Hoy, de la mano de Ancelotti, podemos ver un Bayern con la huella de Pep en cada partido, y eso es un legado enorme. El juego de posiciones tan característico de su Barça, hacer de Javi Martínez un central aventajado cuando apenas tenía los mecanismos de pivote, dar las riendas del equipo a un mediocentro creativo con aires brasileños y visión española por encima del tanque típico alemán, convertir a un casi jubilado Lahm en "todocampista" y descubrirnos a dos joyas del futuro como Joshua Kimmich y Sebastian Rode son solo algunos de los regalos que le dejó al bueno de Carlo y a toda Alemania.

Y a su paso por Alemania debe estar dándole vueltas ahora el de Sampedor en el hotel. En Barcelona todavía se recuerda con mofa el destrozo que Messi hizo a Boateng y el baño futbolístico que a Luis Enrique le sirvió para igualar su triplete. En esa ocasión Pep pecó de pardillo y un Barça con su sello y la mejora de la rabia de Lucho a la contra le mandaron a casa con una humillante derrota. Los catalanes fueron superiores en todo y Guardiola no tuvo más que dar la mano y felicitar. Pero la oportunidad de revancha en el fútbol siempre se da, y Pep la estaba esperando con ganas.

Tras apenas tres meses de competición en la Premier (todos decían que allí no podría ser superior) tiene al City líder, pero sobre todo y mucho más importante, con un estilo de juego reconocible para un equipo que a pesar de sus millonarias estrellas, no transmitía apenas sentimiento. Con la posible baja de Sagna por problemas físicos, es más que seguro que veamos alguna sorpresa de Guardiola en el Camp Nou y aquí es donde se pone interesante la cosa. Defensa de tres, presión a la salida de balón de Busquets, atacar el lado de Sergi Roberto para probar su verdadera vocación de lateral, marcaje especial a Messi. Hagan sus apuestas porque mañana es un día grande.

Mañana sentiremos ese extraño vacío al ver a Pep en su casa pero en otro banquillo. Otra vez.

@CarlosMH87
Foto: mundodeportivo.com