lunes, 3 de diciembre de 2012

Florentino vendió su alma al diablo

Han pasado seis años desde que Florentino abandonara el Madrid por primera vez. El equipo de los "Galácticos llegaba a su fin en una rueda de prensa en la que declaró "haber malcriado a sus jugadores". En su segunda etapa, el presidente blanco garantizó que no caería en el mismo error y dejaría la responsabilidad de la parcela deportiva a una persona capacitada para ello, mientras que él se dedicaría a las finanzas. El elegido era Mourinho, pero no a cualquier precio.

Al técnico portugués se le dio carta blanca para hacer y deshacer en el club, para hablar dentro y fuera de la sala de prensa y para representar al Madrid por el mundo. Pero Mou no ha entendido lo que significa representar a un club como el Madrid. El Madrid no es el Inter, ni el Chelsea, ni mucho menos el Porto. El Madrid está por encima de él y de Florentino.

Mou siempre ha hecho y se le ha permitido hacer todo lo que ha querido. Si no tenía una buena relación con el Director Deportivo, pues se ponía a éste de patitas en la calle, aunque fuera un madridista y hombre de la casa como Jorge Valdano. Si el Luso quería un jugador como Coentrao en lugar de Mata, pues el club se gastaba 30 millones en traerlo. Si al técnico le apetecía atacar a un capitán y símbolo del madridismo como Casillas, Florentino callaba. Si el Madrid siguía con la filosofía de no hablar de los árbitros y respetar a los rivales, Mou se lo pasaba por el forro y atacaba al que se le cruzaba en su camino.

El mayor problema es que Mourinho no es un hombre de club, y mucho menos del Real Madrid, y cuando se canse de estar aquí, o llegue una oferta millonaria de otro país, cogerá las maletas y dejará el Bernabéu patas arriba.

La paciencia de la afición se está agotando. Prometió títulos y de momento solo ha conseguido tres. Si consigue la ansiada décima, la gente le perdonará cualquier cosa, pero si no lo logra...

Hace seis años Florentino vendió su alma a los jugadores. Ahora se la ha vendido al diablo. En junio hay elecciones y Florentino puede acabar peor que en su primera etapa.